martes, 5 de marzo de 2013

El regreso a clases y demás horrores...

Todos sabemos que ese día iba a llegar, incluso aunque estuviese ahí, lejano, distante, como una pesadilla que soñábamos con jamás tener...
Y los días pasaban, y pasaban, mientras salíamos con amigos, leíamos, íbamos al cine, mirábamos anime, no importa, porque el punto es que jamás pensábamos en el horror que se avecinaba lentamente.
Y un día despiertas y resulta que es Marzo. No tenes útiles, nada, pero alguien te suelta, de manera descarada e insensible, un 'Che, las clases empiezan en una semana'. 
Entonces, comienza lo que yo llamo 'Las cuatro fases del estudiante al comienzo de clases':
1. Etapa de incredulidad: Te sorprendes, no puede faltar tan poco. No te lo veías venir en absoluto...
2. Etapa de negación: No puede ser verdad, no puede faltar tan poco tiempo. Quien sea que te lo dijo seguro te esta trolleando, sí, o fue reemplazado por un alien malvado que planea dominar el mundo.
3. Etapa de comprobación: Te fijas en un calendario, le preguntas a más persona. De repente, te das cuenta que en todos lados hay ofertas de útiles escolares. El noticiero no deja de hablar sobre la amenaza del paro docente y de cuantos chicos podrían quedarse sin inicio de clases- chicos que, a tu pesar y alegría de tu madre, no te incluyen-. Carteles del regreso a clases gigantes en los supermercados, como si estuviesen allí para darte una patada en los huevos...
4. Etapa de aceptación y posterior traumatización: Comprendes la cruel realidad. Te pones en posición fetal y comienzas a balancearte lentamente, mientras imaginas que todavía es enero. 



Enero, por el bendito amor de dios, alguien que me diga que estamos en enero...

Estos viejos locos...

Supongo que sí hay algo que ustedes deben conocer de nosotras como sus nuevas bloggers,  es que Vero posee una habilidad ciertamente única, o al menos extremadamente random.
Muchas personas poseen habilidades, algunas de ellas incluso útiles o geniales. Es decir, hay quienes habilidad innata en deportes, una facilidad increíble para aprobar las materias, memoria fotográfica, capacidad de frustrar gente inocente cancelando cosas buena onda (esta última reservada a los directivos y productores de cualquier cadena de TV). 
Pero no, resulta que nosotras atraemos viejos.
¿Somos las únicas personas en pasar por este- desde ya pelotudo- esquema?
1- El viejo reta por algo, generalmente por la forma de sentarse (Completamente despatarrada, de acuerdo, pero eso no le da derecho). La última vez dijo que, por la forma de hablar y sentarse, Vero debía ser bipolar.
2- Pasa automáticamente a contar la historia de su vida. (La última vez, tuvimos el placer de encontrar  un anciano socialista, argentino/venezolano, que tenía cuatro bisnietos y se dejaba crecer la barba en los años impares)
...Y todo esto por HORAS. Y si el viejo vuelve a aparecer, hay que aguantarse las ganas de reventarle los tímpanos con un cornetazo de vuvuzela. De acuerdo, hay que decir en su favor que puede que, por la forma que estábamos sentadas en un lugar público, quedábamos re desubicadas. 
Pero tampoco para decir que debemos ver Tinelli todo el día y que vivimos chateando. Nadie te tacho, querido anciano entrometido, de viejo verde, de amante de la autoflagelación del 'en los viejos tiempos...', que estuvo en tal guerra y ahora dedica su vida a transformar el dióxido de carbono en oxígeno.
Y, por el bendito amor de Dios, no vengas a pedir que te dejemos sacarnos una foto y que te pasemos nuestros mails, que el cuento que te mandaste sobre un mail que escribiste hace años no nos cierra, y de última seremos bipolares pero no estúpidas...


¿Viejo pedobear?... que vá, solo es un socialista preocupado por la juventud actual (¿?)